Que la práctica habitual de actividad
física tiene numerosos beneficios para el organismo no es nada nuevo. Además,
tenemos al alcance de nuestra mano la suficiente información para concienciarnos
de lo productivo que resulta a nuestro organismo la actividad física cómo
hábito. No obstante, según la OMS al menos un 60% de la población mundial no
realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud.
“Mens sana in corpore sano”
El objetivo de este post es concienciar
un poco más a quien lo lea, y para ello no sólo se van a enumerar los
beneficios de llevar una vida físicamente activa, sino que por cada uno de
ellos se nombrarán dos inconvenientes de la inactividad física.
Retrasa el envejecimiento: La actividad física es un potente activador del sistema
músculo-esquelético y de las funciones cerebrales, incrementando la calidad y
la esperanza de vida.
§ La vida sedentaria se
asocia a un deterioro estructural y funcional del organismo que se traduce en
la aparición de diversas enfermedades que ocasionan aproximadamente 2 millones
de muertes anuales, las cuales estarían relacionadas con el cáncer de colon,
cáncer de mama, infartos, derrames cerebrales, entre otros.
§ La disminución de la
movilidad origina la atrofia muscular, lo que origina la pérdida de la fuerza y
la disminución de la masa muscular y ósea.
Antidepresivo natural: El ejercicio y el deporte promueven una reducción significativa de
la ansiedad-estrés y sus medidas fisiológicas correlacionadas.
§ La inactividad física
aumenta la frecuencia, la duración y los costos de las incapacidades laborales.
§ Ante el estrés
físico-emocional, los sujetos sedentarios, presentan una mayor producción de
catecolaminas, cuyos efectos incrementan el trabajo cardiovascular.
Desarrolla la agilidad mental: Activa las conexiones neuronales y por tanto beneficia el
aprendizaje, la memoria, la concentración.
§ Aquellos que pasan
largas horas sentados tienen más riesgo de obesidad y cinturas más anchas que
los individuos que pasan más tiempo sobre sus pies.
Aumenta la capacidad socio-cognitiva: En los deportes
colectivos se establecen relaciones sociales que
contribuyen al equilibrio personal, al fomentar las relaciones interpersonales
y su utilización como un medio de adecuación e inserción social.
§ La inactividad
prolongada nos impide conocer y explorar las posibilidades de nuestro cuerpo y
su interactuación con el medio.
§ Asimismo, imposibilita
la interacción con el medio natural en la realización de actividades físicas en
la naturaleza, privándonos de sus numerosos beneficios.
Ya en la Grecia Clásica se citaba
aquella célebre frase: “mens sana in corpore sano”.
Como decía al principio, esto no es nuevo. Solo hace falta concienciarse y
resaltar que los beneficios de la práctica deportiva repercuten no solo en
nuestro estado físico, sino que inciden de forma directa en el estado mental,
psicológico, emocional y social del practicante.
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